Después de haber conocido el hotel cápsula, Tokio no puede ya sorprendernos con ningún espacio, por pequeño que sea. Pero sí es capaz de fascinarnos con el ingenio puesto en el diseño del Hotel Claska.
No hay centímetro derrochado en sus habitaciones, ya que cada uno de ellos fue estratégicamente dedicado al mobiliario, los dispositivos electrónicos y los huéspedes que lo visitan.
Para ello, muchos de los objetos fueron amurados a la pared, y sobra mencionar que la tecnología de avanzada puso su parte, al proveer a este hotel con pantallas planas y mascotas miniatura, como el perro AIBO, que ayudan grandemente a la hora de economizar espacios.
El hotel se encuentra en el barrio de Meguro Dori, un barrio residencial frecuentado por viajeros de alto poder adquisitivo, con autos pomposos y restaurantes de lujo. Para quienes hemos aprendido a ahorrar en nuestros viajes, no es la mejor opción, ya que ni siquiera tenemos cerca las estaciones de tren.
Pero claro, es un ícono de la arquitectura japonesa dedicada a construir comodidad en la menor cantidad de espacio posible. El diseño fue realizado por el estudio de arquitectos Rorafu.
El hotel también cuenta con un total de 9 suites de lujo, con algo más de lugar, con precios que oscilan entre los 10.500 y los 84.000 yenes por noche (entre 87 y 693 €).
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