En Letonia hay un hotel muy peculiar. Se trata de un hospedaje instalado en el edificio de la antigua cárcel militar de Karosta, en que se ofrece a los huéspedes la oportunidad de vivir cual prisioneros atrapados en esta infranqueable fortaleza.
La ciudad de Karosta se encuentra al este del Mar Báltico, y su prisión data de principios del siglo XX. Su construcción comenzó en 1903, y la institución permaneció en funcionamiento hasta 1997.
El lugar representa uno de los capítulos más nefastos de la historia. Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, fue uno de los sitios elegidos por Hitler para recluir y ejecutar a los traidores del régimen.
En la actualidad, este lugar frío y tenebroso es también un refugio del pasado y una atracción turística en sí mismo. Puede resultar curioso, pero muchos viajeros se sienten interesados en hospedarse allí, y experimentar v
erdaderamente los castigos a los que se condenaba a los prisioneros (o, más bien, algunos de ellos).El repertorio de actividades que ofrece el hotel es más crudo de lo que podría imaginarse. Catres de hierro para dormir, nada de agua caliente, caminatas nocturnas, limpieza de baños, gritos e interrogatorios, e incluso represalias si no se cumple con alguna orden.
Desde luego, el hotel protege sus propios intereses haciendo que los recién llegados firmen un documento especificando que se someten a tales condiciones por voluntad personal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario